Era preciosa la india muyska*, rasgos suaves, ojos almendrados, boca jugosa, dientes blancos como la sal de las minas. Princesa hija del Zipa cacique, la pretendían los más afamados güechas, guerreros hijos de nobles. Y ella los despreciaba y los tentaba burlona, las caderas ceñidas de algodón tejido en gamas puras y ocres, horadadas las pequeñas orejas y la nariz con discos y cilindros de oro, oro en las pulseras de sus delicados brazos, oro en las tobilleras, pectorales, polvo de oro en los pezones, los pechitos color tostado, el cabello hasta las clavículas oscuro como el carbón. Toda ella cimbreante cual el bambú tacuara.
El más apuesto de los güechas, un capitán sybinditiba, se derretía al mirarla y le regalaba un collar de esmeraldas y una orquídea y las plumas del guacamayo. Pero la niña se reía mirando para los campos de maíz, de papas, quinua, para los canales de regadío, para las chozas cónicas de barro y techos de paja con los postes que los sustentaban, miraba para la selva mojada, sin perder de vista la pieza en forma de armadillo que trazaba el alfarero, extasiada por el vuelo de una mariposa azul, por el salto del mono o por el vuelo del cóndor. Su indiferencia enardecía los ánimos de los pretendientes que se observaban semejantes a jaguares en celo.
Sonaron las campanillas de oro prendidas en los árboles*, cerca del río donde se cobijaban la rana amarilla, mortífera, y el colibrí irisado. La comitiva se desplazaba gritando, soplando flautas, palmeando tamboriles, maracas, los pies describían danzas feroces y el sudor hacia brillar sus pieles. La niña Usminia salió de su letargo y llena de curiosidad se acercó al grupo. Los guerreros humillaron lanzas de caña afilada, cuchillos, dardos emponzoñados y sus lanzaderas, mazas, y ante la deslumbrante princesa se inclinaron.
Entonces le vio, atado, el cuerpo con golpes morados, esbelto, los ojos del cielo y los cabellos mazorca de maíz*. Usminia nunca había visto a nadie como ese muchacho de piel extrañamente pálida y quiso besar al joven tan distinto, que estaba asustado porque iban a matarle. ¿Dónde lo habían capturado? se preguntó la niña, uno de los güechas que le sujetaba por el cuello, las muñecas, los codos amarrados, explicó que aquel blanco era el único superviviente de una partida que acababan de masacrar, gente maligna, cubierta de metal hasta las cabezas, asesinos a lomos de cuadrúpedos monstruosos, ávidos de oro y todos parecidos, la mayoría barbudos, apestosos como puercos salvajes.
Se decretó que el prisionero sería ofrecido al solar Xue en sacrificio, su sangre regaría la tierra para vivificarla y su aspecto era el adecuado, de no ser así jamás podrían inmolarlo al dios que solo aceptaba ejemplares muy jóvenes y perfectos. Se proponían rememorar la costumbre antigua de los antepasados, cuando cada familia entregaba al primogénito cumplidos los quince cambios de estaciones, como expiación que honraba a la víctima y a su gente. Usminia se estremeció horrorizada, su mente calculaba la forma de salvar al extranjero. El gran Zipa, su padre, presidiría la ceremonia, mañana con el alba, Usminia debería apresurarse.
Lo tenían sujeto en un poste, los cinco vigilantes estaban despreocupados, somnolientos, masticando coca, ebrios de chicha, ella se acercó sin hacer ruido, llevaba una calabaza con agua fresca. En la oscuridad los ojos claros del muchacho la miraban con una mezcla de adoración y sorpresa, junto con el miedo que los empañaba. Bebió hasta saciarse mientras Usminia le susurraba en su idioma muyskkubun, y sin entender ni una palabra, el joven calmó su angustia porque la voz de la niña era brisa entre las ramas de la acacia.
Ella ansiaba que viviera este muchacho fascinate, regresando al lejano lugar de donde vino. Nunca lo olvidaría, y la diosa Chia redonda, láctea, desde lo alto de la noche, aceptaba contenta porque no era amante de la sangre, también la bendeciría la Madre Bachue, fecunda y benigna sierpe del agua.
Antes de marcharse besó los labios del prisionero, el cual primero reaccionó con extrañeza, pero luego sus ojos se entornaron y abrió la boca. Aquel beso apasionado obró el prodigio de unir dos mundos dispares, para Usminia era el mejor regalo, en su memoria lo guardaría despreciando las joyas mejor labradas. Se hacía tarde, acarició las mejillas del joven, tersas, y escuchó su respiración acelerada.
Antes de marcharse besó los labios del prisionero, el cual primero reaccionó con extrañeza, pero luego sus ojos se entornaron y abrió la boca. Aquel beso apasionado obró el prodigio de unir dos mundos dispares, para Usminia era el mejor regalo, en su memoria lo guardaría despreciando las joyas mejor labradas. Se hacía tarde, acarició las mejillas del joven, tersas, y escuchó su respiración acelerada.
Tisquesusa, el galante capitán, no pudo negarse, sentía tal devoción por la bella Usminia que no le importaba perder la vida para complacerla. Y ella a cambio de liberar al prisionero y guiarle a un lugar seguro, le prometía convertirse en su esposa !Por Xaquén! el fértil dispensador de cosechas, que salvaría al extranjero costara lo que costara, se dijo. Los celos que se agazapaban en su pecho pronto acabarían, ya que nunca volvería aquel brujo a embrujar a su amada.
No hubo sacrificio al despuntar el alba, se corrió la voz de que el joven blanco había huido mediante un conjuro. Campaba la niebla matutina, espesa, como un oráculo de los dioses que escondían al fugitivo con el manto que ciega la tierra.Usmimia sonreía y con la punta de los dedos repasaba el contorno de sus labios.
De la humedad flotante, entre el espesor de helechos y begonias, brotó un rugido; el puma sagrado les lanzaba un terrible aviso. Entonces supieron que nada volvería a ser lo mismo desde que llegaron los blancos, como el que había desaparecido, gracias a la mágia de su dios inescrutable.
* Muyska: Este relato intenta rendir homenaje a una de las culturas primigenias de Colombia, al pueblo Muisca-*Campanillas de oro en los árboles: Según los escritos de los colonizadores españoles, el Mito del Dorado se demostró a través de observar que incluso en los árboles brotaba el oro- *Cabellos de maíz: Nikolaus Federmann(1505– 1542) fue un explorador y cronista alemán que participó en la conquista española de los territorios de las actuales Venezuela y Colombia, entre el 1535-1539 en busca de El Dorado. El protagonista de cabello rubio podría pertenecer a esa expedición.
MÁS VIAJES A COLOMBIA EN CASA DE WENDY: http://eurovisionojosdemujer.blogspot.com.es/
31 comentarios:
¡Feliz regreso!
Un relato muy bien ambientado en que un momento que ya no es. Me recuerda al "Atala" de Chateaubriand.
Un beso
PD. he tenido el privilegio de visitar el fabuloso Museo del Oro en Bogotá.
Pinturas preciosas las de Rousseau; nos acerca al paisaje de esas tierras.
Los conquistadores al final se salieron con la suya y muchos de este poblado y de otros perecerían en sus manos. Supongo que debió de ser una sorpresa ver a personas de estas características, tan diferentes a ellos.
Buena lección de historia
Un abrazo
¡Carai! Como se nota que has descansado en tus "vacas", porque le has dado a la tecla en extensión y perfección sin igual.
Un petó.
Nada mejor que llamarse Usminia si una está llena de curiosidad ... ahjajaja! perdón, es una tontería pero me hizo gracia.
Hermosa descripción de ese paisaje precolombino, los pequeños detalles hacen que uno casi pueda ver la escena.
Como no quedar prendada de esa piel blanca y esos cabellos de maiz? lo distinto siempre atrae.
Me dejó un rastro de tristeza esta historia predestinada a no ser. Me acordé de la historia de la Malinche, otra desventurada.
Un beso
Natalia, me encantó tu relato. Preciosa, mágica historia que consigue trasladarnos con eficacia hasta los albores de aquella lejana época, en que dos culturas tan diferentes se preparan a encontrarse, a chocar entre sí con la prepotencia y el desentendimiento en que se cuecen las guerras.
Emotivo homenaje a la tierra exuberante que hoy resulta ser excusa para nuestro encuentro juevero.
Un abrazo fuerte!
antes de leerte, te digo que dejo la lista de wendy, pues en ella te perdí..creo que estás en ella, pero te perdí..y que vendo directamente al blog por que sabiendo que has escrito NOOOTEEENCONNTRAAABBABBAAB¡...JAJAJ
paso a leerte..no te vayassssss¡¡
y ya te estoy leyendo...y he parado para decirte que TE LO HAS TRABAJADO, CONDENADAAAAA...
sigo leyendo...
y al seguir leyendo descubro que tus dotes para la escritura, con información, rebasan,se alzan por encima de...(que quien quiera ponca en los puntos suspensivos los epítetos halagadores correspondientes)...
por otra parte, natalí, este cuento me lleva a rspuestas que he ido dando a los coemntaristas que me ahn comentado...no quito la repetición...es decir, que la américa precolombina, sí, era como era, pero de ideal nada, de atrasada bastante...he aventurado en mis respuestas que no haberse visto invadida,probablemente nunc ahubiera conocido avances...
no sé si esto es bueno..no estoy diciendo eso...sólo es un dato. pòr supuesto que tampoco estoy defendiendo la invasión. no. sólo pongo en solfa que eran pueblos creo yo que atrasados, con bastantes años de atraso conrespecto a europa...vease polvora, vease rueda, váse armamento, véase...no sé, escritura, la misma escritura estaba atrasada, creo...ya ya sé que sus avances estaban en arquitectura, pero no como la de europa, que sus avances estaban en astronomía, esa vez sí, quizá por encima de nosotros...
no sé, de haberlos dejado en paz...me recuerda en cierta manera al atraso de españa antes de entrar en la union europea...de no haber sido por eso, estaríamos aún en la edad de piedraaaa...
vamos, que la américaprecolombina no era un dechado de avances..
pero la historia fue como fue y...no hay otra...
medio beso, dulce natalí.
Hola Natalia:
Que bueno recordar esas historias míticas de amores y desventuras en ese encientro de dos mundos que vivimos hace ya mas de 500 años. Te acabo de incluir en una parte de mi relato actual.
Veo que ha sido insprirador este viaje a mis tierras.
12 puntos para vos.
Wendy
No solo Colombia, que también, sino todo el continente es un crisol de pueblos, de culturas, de cruces, mestizo, en definitiva, como el resto del planeta algo de lo que nos olvidamos con demasiada frecuencia.
Y sigo sin ninguna noticia al respecto del viaje.
Un abrazo!!
Muy bonito tu relato, me ha encantado y qué bien nos lo has contado,parece que estábamos allí "sufriéndolo" en primera fila.
Precioso!
Un beso
documentado escrito que nos retrotrae a el comienzo de una unión de culturas, donde genes y costumbres se mezclaron para obtener una nueva raza que es la base de la Colombia actual.
La leyenda de El dorado , como la de la fuente de la Eterna juventud, movieron a los más ambiciosos segundones españoles, Otros llevaron universidades, catedrales, edificaciones, e intercambios que hicieron cambiar el mundo. Encantadora entrada de una sensibilidad exquisita y con final feliz. Un beso
Un relato magnífico Natali, nos has llevado con esa maravillosa descripción a la selva, pudiendo ver y escuchar a traves de tus ojos, Una historia muy hermosa.
Un abrazo
Bellísimo escrito, transpira historia, leyendas, y tantas creencias y costumbres que son raíces de una tierra. Luego, los que se van sumando, mezclando piel y cultura, modelando y modificando lo hasta entonces conocido y sabido para terminar siendo origen de nuevas razas y tradiciones.
Me ha gustado muchísimo. Y sigo asombrándome de las variadas miradas y emociones que puede provocar una misma tierra.
Un beso al vuelo!
Gaby*
He disfrutado mucho leyendo tu relato. Una historia muy bien trabajada, con buena documentación. buena descripción... Genial.
Me ha encantado.
Un abrazo.
Relato del fin de los tiempos... porque todo finaliza cuando una cultura entera desaparece.
Besos.
Cada detalle, cada imagen que has ido dibujando en letras para que pudieramos entrar sin casi enterarnos y seguirte en ella... me han cautivado. Que real todo, lo he visto y creo que pasó, si tuvo que ser real...
El resto lo conocemos... buen homenaje...
Besos!!
Impresionante relato, amiga. La descripcion que haces de ese mundo olvidado es bellisima y plena de color.
Me encantó.
Un abrazo fuerte
Que preciosidad de retrato de Colombia, con esas pinturas pueriles de Rousseau, el aduanero.
Natali, tienes un detallito en Tempus Fugit; lo mismo te hace gracia. Besitos.
http://pacohidalgo63.blogspot.com.es/2012/04/premio-liebster-blogs-interesantes.html
Lo mejor sin duda los detalles, esas magníficas descripciones de los personajes y del entorno.
Una historia que atrapa y se lee de un tirón, amena y como si fuera una historia de aventuras.
Magnífica.
Los retratos de Rousseau me encantan. En general el estilo de pintura naif me gusta muchísimo, yo tengo una, muy modesta, que compré cuando estuve en Nicaragua.
Es un tipo de arte que destila exhuberante naturaleza y vida por todos lados.
Enhorabuena Natalia
Un abrazo
una creación magistral,
me encantó
saludos
Bien, Natalia bien. Un bello relato que además rinde homenaje a uno de esos pueblos que desaparecieron por mor de la "civilización" atroz.
Un beso
RAFA
Guau! Me encantan las leyendas de la América precolombina y éste tiene mucho de ellas. En la conquista de México sé demostró que esa atracción que las mujeres sentían hacia los blancos tuvo mucha influencia en que pasara lo que pasó.
Como tu lo recreas.
Una aventura leerte, besos, querida amiga.
Qué hermosa leyenda, una historia mágica, que se hace leer sin poder parar hasta el final.
Buen homenaje Natalia.
Un abrazo.
Un magnifico blog, creo que me voy hacer asiduo de este espacio,
SALUDOS.
Natalí querida:
Me suena, me suena mucho esta historia como si ya conociera el camino a la esperanza, como si ya hubiera sucedido que el amor, el deseo profundo derribaran los muros del odio, de la muerte, de la destrucción, de la guerra. Otros personajes, otras épocas, sin duda otros lugares pero siempre algún milagro en forma de belleza que mira a un prisionero con amor en lugar de con odio. ¿Te suenan el "Quinto" y "La paz de Troya"? ¡Cuánto me gusta el mensaje! ¡Y qué historia tan hermosa! Por otro lado, siempre queda un cierto malestar por el personaje más doliente, en este caso Tisquesusa que arriesga su vida por la mujer a la que ama, es más que se dice a sí mismo que sus celos acabarán con la desaparición del prisionero.
Un final tan hermoso como mágico, profundamente evocador.
Ay, Natalí, si encuentro este texto entre miles, sabría que era tuyo, de eso no te quepa ninguna duda, ¡y qué hermoso!
Un abrazo, escritora querida.
Plas, plas, y más plas.
Soberbia tu forma de relatar esta historia, Natalí.
Ha sido una autentica gozada leerte.
Es una de esas semanas, que cuando leo una participación tan exquisita como la tuya me pregunto ¿y que hago yo en los jueves? Pero enseguida recapacito y me contesto: aprender.
Nunca es tarde, aunque las canas ya inunden mi tejado...
Un abrazo.
Maat
Es un enorme placer para mi, como siempre, leerte Natalí, tu relato es mágico, evocador y vivenciador de selvas, sierras, plantaciones, fauna coloridas, me conmueven profundamente las historias de los pueblos nativos, porque fueron tan cruelmente despreciados en su cultura y refinamiento por las pautas dominantes, ya lo ves! habría que empezar por redifinir los parametros de lo que se consideraba y se considera aún hoy como "avances". La historia es exquisita como tu protagonista de la que me tira un hilo, porque yo estoy atada al destino de estas tierras por nacimiento y por compromiso. Mujica Lainez tiene un cuento sobre una leyenda tejida por aqui del amor entre una nativa y un "pelo maiz" que se decía era el sobrino de Drake, el cuento: La enamorada del pequeño dragón (como le decian los castizos a Drake), y de Vicente Lopez hay un libro muy lindo (es muy anterior a Mujica, de 1837 creo)que toma esa leyenda en una historia situada en Lima, llamada "la novia del hereje"
Por lo demás, ya se sabe que los deseos de oro fueron la perdición para lo pueblos originarios, un autor a quien suelo consultar cuenta que los arahuacos (uno de los pueblos del primer contacto) tenian un vocabulario muy poetico, se tomaban tiempo para nombrar las cosas, asi el cielo era el mar de arriba, amigo: mi otro corazón, el alma: sol del pecho..., en fin, como corolario en el famoso diario de Colon en las dos primeras semanas de exploración surge una palabra mas mercantilista repetida 75 veces: oro!!
Besos muchos Natalí
Amiga, me tienes expectante... Esto es un sinvivir...
Pero, ¿que pasa...?
Je,je,je...
Un abrazo
Bravo, lo volvistes a hacer, de un tema haces un exquisito relato que nos deja con la pregunta ¿que pasó después?. Ambientado, documentado, ensamblado.... parece el prologo de una historia mas completa.
Un beso, Natali
Amiga mía Natàlia,
Que sepas que me ha encantado este relato y me ha mantenido en tensión hasta el final. Es realmente precioso, con una riqueza de vocabulario y de ideas que lo hacen cercano a los Grandes que ha habido en la Literatura. El primer documento que me ha venido a la mente es "El cuento de Eros y Psique" que nos transmite Apuleyo en "La Metamorfosis o Asno de Oro". Tiene todos los encantos que nos transmitió Apuleyo, y el interés crece a medida que avanza la lectura.
Le da mayor interés el hecho de desconocer, durante la lectura, hasta qué punto se refleja una leyenda colombiana, y hasta qué punto el texto es obra, totalmente nueva, de quien lo escribe. Eso le añade un gran interés.
Al final, si no he interpretado mal, se resuelve el enigma y el Espíritu recobra su equilibrio y sosiego: el texto y los detalles son creación tuya, amiga mía Natàlia, y el fondo argumental pertenece a las leyendas orales quje circulan en Colimbia, fruto del saber popular y la transmisión oral generación tras generación.
Vamos, que es lo mismo que sucede con las obras clásicas que nos precedieron, La Ilíada, La Odisea, y también la Tragedia, en las que un tema popular es tratado bajo el prisma de un autor concreto, con la excepción quizá de las obras homéricas, que podrían ser de varios autores, o de ninguno en concreto.
Mi felicitación y un gran abrazo, por esta joya que nos has regalado.
Antonio
Un homenaje prodigioso. Tu relato nos introduce en ese, para muchos, desconocido mundo del pueblo Muisca y en el instante mágico en que la tierra toda, perteneció a Usminia y el joven blanco.
No, no hubo sangre sacrificada aquel día. Hubo amor y niebla cómplice. Hubo sonrisa y también una terrible admonición.
Escritora-Viajera exploradora-Amiga Querida, ¡Muchas Gracias! Esperaba tu regreso, extrañaba tus letras! Bienvenidísima al ruedo guapa, recibí este enorme abrazo que te envío!
Me sumo a lo dicho por los compañeros. ¡Cómo te lo curras! El relato me ha encantado. Has logrado transportarme a esos bellos paisajes. Además, es un relato que engancha de principio a fin, tal y como debe ser. Un beso y enhorabuena.
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