7 de septiembre de 2011

Los jueves un relato: NO SE PUEDE HACER MÁS LENTO

¡Qué difícil la lentitud!



Soy un caracol que explora las superficies dejando un rastro de baba que se seca rápidamente hasta desaparecer, de esta forma mi huella no importa, ni mi historia ¿Nunca aprenderé a ser lento para dejar constancia de mí mismo?


Introvertido por genética, cuando estoy dentro de mi caparazón y llueve, noto el ataque de las gotas pesadas y escucho su !clap, clap! ensordecedor. Sueño verlas caer menos rápidas, explotando, destripándose, abriéndose, multiplicadas por mil, cual universos o vías lácteas.


Todo circula a velocidades de vértigo. De esas sombras descomunales, inquietantes, borrosas, percibo la amenaza de sus pesos y el huracán de sus arbitrarios desplazamientos, nada más.
Todo es rápido menos la larva excavadora y ciega o el perezoso gigantesco allá en la rama.


Me impongo lentitud, insisto en moverme a unos veinte centímetros por hora y mis antenas captan, ávidas, la sonora y espectacular presencia de cada cosa.
Cientos de hormigas me adelantan levantando tormentas de polvo y hierbas, entonces aprovecho para enfocar una mota o una brizna flotando ingrávida unos segundos, convertida en un ser absolutamente irrepetible.


La tortuga me dice:
__Tu quieres hacer magia, truco, sortilegio. Pero a la velocidad que vamos, tú y yo, siempre se nos escapará la auténtica lentitud del instante. Somos rápidos como las estrellas fugaces- Le respondo:
__He tardado dos días en subirme a esta piedra, he notado su rugosidad, temperatura y estado de ánimo. Desde arriba miré la noche y a los planetas, enseguida me llegó una sensación de velocidad ya que la luna se mueve.
__No mires a la luna porque si quieres lentitud te harán trampas de tahúr. Esconde el jockey en la manga para que creas que ella se mueve y que tú estás quieto, alerta. Lo cierto es que nunca paramos de movernos, ni muertos, la luna lo sabe.
Se reparten naipes, léntamente en el tapiz verde de GUS el MAGO:
http://callejamoran.blogspot.com/

24 comentarios:

Manuel dijo...

Cada uno tene su paso ideal y debe ser feliz con él, la lentitud o rapidez al fin y al cabo es un concepto subjetivo dependiendo del mundo exterior, ¿no?, lo importante es adaptar el tiempo para realizar los sueños.
Un beso

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Por fin consigo dejarte un comentario Natalia, no se que pasa hoy con blogger...

Un abrazo enorme.

Anónimo dijo...

Momentos espectaculares en este relato, la visión de la gota de agua contra el suelo, la de las briznas que levantan las hormigas en su velocidad, el conocimiento profundo de la roca a la que sube.
Muy bueno, amiga.
Besos muchos.

Vaya, resulta que no tengo acceso a tu página desde mi cuenta gmail. Soy Juan Carlos disfrazado de anonimo para burlar al Sr. Blogger.

I. Robledo dijo...

Amiga, asi es la vida... Cada uno la ve desde una perspectiva distinta... Y todo es posible, todo puede ser valido...

Un abrazo, Natalia

casss dijo...

Nos describes la lentitud y nos volvemos lentos y podemos captar cada movimiento, como si fuera la primera vez, que atendemos y oimos alrededor nuestro. Tu mano, tu pluma, nos conducen con sabia lentitud y magia (conoces los trucos...)

Besos y abrazos (tiempo que no te veía....!!!)

Liwk dijo...

Natália, qué enfoque tan divertido y sensible le has dado a este relato. Me han entrado una ganas de sentarme un rato, cerrar los ojos y respirar; todo siempre es tan vertiginoso aquí afuera.
Un gran consejo el del caracol, el de ir notando el estado de ánimo en el que están las piedras.
Un beso.

Anónimo dijo...

lento, lento...los ojos del caracol ven la vida lenta, captan lo que nadie capta,...¡¡y todo se mueve,sí!
la relatividad, por dios...dependiendo dle punto en donde estemos y con la velocidad con la que nos movamos, así veremos el mundo, sus movimientos...pero, por dios y el diablo¡¡¡,a velocidades vertiginosas la distorsión de lo que queda en nuestro foco de visión o de disfrute es mínimo...apenas arañamos al disfrute de lo percibido, apenas...bien es verdad que nos perdemos la extensión...la extensión que s epuede abarcar si nos movemos rápidos...pero esa etensión, su contemplación conlleva el ve u obsevar apenas su piel: la piel de la tierra, la piel del amado..perdemos la flor del trigal, perdemos la lágrima del ojo del ser amado...eetc..
maldita sea, natalí¡¡¡, que me ahs dejado la lentitud d elo beloo....ese universo galáctico de una gota al explosionar contra lo que sea, una superficie...y postrer expansión...
medio beso.

Mar dijo...

Sorprendente tu imaginación. Todo es tan relativo en este nuestro mundo... Qué bien describes la percepción y el mundo del caracol. Me encantó la frase "la auténtica lentitud del instante"
Petonets salats

Pedro Ojeda Escudero dijo...

y el caso es que siempre se puede hacer más lento.
Hermoso texto y necesario elogio de la lentitud.

Anónimo dijo...

Desde la perspectiva del caracol y la tortuga, la lentitud se ve de otra manera, de esta manera se disfruta todo mucho más y la sensibilidad de seguro que está a flor de piel.
Un beso
Carmen

yonky dijo...

Todos esos bichos que andan por aqui son mis amigos,en realidad creo ser uno o parte de ellos y resalto las cualidades que tu pluma describe con tanto acierto.La metafora salta en esos 20 cm de avance en una hora,sin duda los detalles del recorrido indefectiblemente deben apreciarse palmo a palmo.

cariñitos

MARU dijo...

Este puñetero Google.... que se "come" los comentarios... Pero conmigo no vá a poder...
Buen juego y buena imaginación la de tu relato...Sin duda son exponentes de lo que es ir despacito... pero claro, eso es lo que pensamos nosotros; quizás si estuviéramos en la piel de esos animales, nos daríamos cuenta del gran esfuerzo que hacen. Ya sabes, lo del color del cristal...
Besitos, princesa.

Inma Brujis dijo...

Supongo que todos en algún momento de nuestra vida nos convertimos en caracoles....
Un beso

Alma Mateos Taborda dijo...

No hay que temer ir despacio, lo malo es no avanzar. Cada uno regula el paso de acuerdo a su naturaleza. Maravilloso. Muy bien contado y extraordinario blog. Me ha encantado. Un abrazo.

Alfredo dijo...

Sabía que existía, pero hoy la he conocido. La he sentido, eso si... leeeeentamente.
Y después me he levantado y he repetido lo que hasta ese momento había hecho, pero con la velocidad (?) del caracol.
Todo era diferente, el tacto del jabón, el acariciar del agua, el roce de la camisa, la textura del lápiz.
Una mañana nueva, con sabores nuevos que espero frecuentar.

Relato tan sencillo y obvio, que parece una nimiedad... ¡pero, no lo es!

Besos

Verónica dijo...

Ya quisiera yo imponerme la lentitud y la calma, pero las presiones externas no me dejan ser un caracol. Bueno, soy un caracol a reacción... Parece mentira que sea el café lo que me tranquilice!!! Y leeros a vosotros, despacito, despacito...

Beset, cafenet i molt de afecte!

balamgo dijo...

Una bonita narración que los niños apreciarían mucho.Te ha salido un bonito cuento.
Abrazos.

María José Moreno dijo...

Para mi ultimamente el paso del tiempo se ha acelerado, necesito que vaya más lento, que me deje hacer todo lo que ronda por mi cabeza, que se convierta en caracol...y que son esfuerzo pasen los segundos. Un bellisimo relato, Natali.
Un beso

Nusa dijo...

Un día entramos una amiga y yo en un asc4ensor, íbamos a un 4º.
-¡Qué lento va! -dije yo.
-¡No, va rápido! -dijo ella.
Y hablamos después del tiempo, llegando mi amiga a una reflexión que con el tiempo leí en Mortal y rosa, de Francisco Umbral: "El tiempo es la impaciencia".
Escríbeme para ese café: candilejas39@hotmail.com

Besos mil, so linda :)

Teresa Cameselle dijo...

La velocidad vista a los ojos del caracol, y encima aconsejado por la tortuga. Todo un elogio de la lentitud tu historia para este jueves.
Biquiños.

Nelson dijo...

Hello Natalia! I have been visiting your blog. Very understandable , simple and elegant. Congrats for your work. Visit me too. I wish a excellent sunday for you, with very smiles and peace! Thanks for sharing!

Matices dijo...

Es curioso ver la vida con los ojos de un caracol, porque esa es la visión que nos muestras, tal vez hay que pararse un poquito para disfrutar mas de las cosas sencillas y cercanas. Y nada de subir el ritmo, a su tiempo necesario..
Besos, excepcional como siempre

Medea dijo...

Jajaja, confiesa amiga, tú has sido caracol en tu otra vida, me apuesto lo que quieras.¿¿cómo se puede sacar tanto de un ser tan pequeño?? pero tú a tu ritmo, desde luego, lenta al menos en leer, escribir y sobre todo comentar los distintos blog no eres, pero tus palabras suenan saliendo desde dentro del caracol.
Un beso preciosa ¡¡Valencia siiiiiii!!

David Cotos dijo...

Hola Natalia, gracias por tu visita al blog y por tu comentario. Pues el de la foto es Jean Pierre Leaud. Yo en la vida real soy una mezcla entre Arturo de Cordova y Paul Henreid. Saludos.