21 de noviembre de 2013

Este jueves va de: ídolos

Mis pies nunca hubieran soñado, cuando buscaban conchas escarbando con los dedos en la arena, encontrarse con el ídolo.
Desvanecido se hallaba aquel pez desnudo sin escamas. 

Entonces yo, Nausicaa, temía la arbitrariedad de los dioses que someten nuestro Destino. He creído en lo mítico que encarna la figura de mi padre Alcínoo; firmeza, cariño, seguridad. He creído que los de Esqueria*, por designio, nunca fabricamos arcos ni flechas, porque estamos destinados a surcar la mar con sus espumas, comerciando. 
Interpreté que el ídolo indefenso era una ofrenda de las olas, por ello resultaba forzoso salvarle y adorarle.
De improviso, sentí una punzada en mis entrañas femeninas, por vez primera despertadas.

Camino de palacio él iba aturdido, sin habla. Las algas abrazaban su sexo y yo suspiraba. El ídolo era recién nato pero en la cúspide de la plenitud masculina, y la playa, Poseidón, me lo ofrecían para amarle.
Le amé con la pasión estrenada de mis quince años. Lavé su cuerpo quemado de sol y seco de sal, ungí su piel tostada y sus cabellos rojizos. Entre tanto él me miraba sonriendo, como un niño sin nombre, desmemoriado. Bajo Selene nos unimos, escondidos de esclavas y de furores paternos. Comimos y bebimos, charlamos en su torpe lengua como aquea. 

El ídolo abrigaba una curiosidad sin límites, preguntaba mesándose la barbita, todo le maravillaba y lo desconocía todo, me enloquecía su ignorancia pura. Yo era maestra, y mi alumno ¡el ídolo!

Un atardecer con el dios rojo durmiéndose en el horizonte, estaba admirando el lanzamiento de la jabalina (él siempre vencía), cuando de pronto mi ídolo, con los ojos en la mar, la respiración jadeante, exclamó:
 _  !Feacios! Sé quién soy, ningún dios o bruja podrá mantenerme con la venda en la memoria, me burlé de las sirenas. ¡Soy Odiseo! hijo de Laertes, rey de Ítaca y esposo de Penélope, héroe de Troya Ilión, inventor del caballo…
Continuó hablando de tantísimas hazañas, matanzas, glorias, ingenios, que se inflamaba parecido a Apolo. Todos escuchaban admirados, contentos porque los dioses les regalaran la visita de un héroe. Mi padre el rey, presuroso, ordenaba aparejar barcos para conducir a Odiseo a la ínfima isla que era su patria.

Lágrimas calientes derramaron mis pupilas, se enfrió mi pecho. 
Aquel atardecer dejé de ser niña, nunca más creeré en los ídolos.
Los amantes, pintura de René Magritte .
*Esqueria: Corfú según una de las versiones del mito.  
En la casa de JUDITH encontraremos más ídolos. Perdón, me pasé  tropecientos en palabritas. 

40 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Creo que la desilusión de Nausicaa es que no se quedó con ella. Desilusión que también tuvieron Calipso y Circe.

LAO dijo...

¡Uy Natália! Una gran historia de tantas ilusiones de una niña!!!!

Natàlia Tàrraco dijo...

DEMIURGO, es una forma de verlo, para mí que no van por ahí los tiros, un hombre pierde encanto en el instante que se pregona héroe de lo que sea y se le olvida la chispa del niño.
Besos cariñosos y gracias por la visita en nombre de Nausicaa, Circe, Penélope o Medea...

LAO, llevas razón, tantas ilusiones se nos van por el camino, niña, mujer, muchacho, hombre. Besito.

Spaghetti dijo...

Siempre he creído que eres un personaje mitológico Natalia, musa? diosa invisible?... pero que te relacionaras con los héroes y los dioses del Olimpo con tanta familiaridad, me sorprende. jijiji

FIBO dijo...

Cuantos más jóvenes somos, más fácilmente cedemos al egoísmo.

Lo tenía para Ella; era su amante, su maestra, su guía, e incluso su madre; Pero “oh” no era un desvalido, no estaba sólo en el mundo.

Su mundo cayó en picado, ya no dependía de Ella, (lo tenía que compartir) ya no podía ser maestra, ni guía, ni nada, e incluso, amante única que le mostrara los placeres de la vida.

Su héroe ha caído, y como tantos otros en barro se ha convertido.

Un besote preciosa y linda NATALIA.

Mar dijo...

WoW! Me has dejado con una sonrisa amplia de tanto que me ha gustado tu texto. ¡Ay! ¡Qué bien escribes Natàlia! ¡Y cuánto sabes de mitología! Y tu imaginación, tu creatividad saben beber de ella y sacarle bellísimos beneficios. Me encanta la reflexión que haces a Demiurgo; tremendamente inteligente y que comparto: "un hombre pierde encanto en el instante que se pregona héroe de lo que sea y se le olvida la chispa del niño". Me gustan los hombres niños :) Un plaer llegir-te. Petonets Natàlia. voy a por el jueves!

I. Robledo dijo...

Amiga, que bellisimo relato... Me parece que hasta la Odisea se ha quedado atras... La has superado, que ya es decir...

Un abrazo

Tracy dijo...

Es uno de los mitos griegos que más me gusta.

mariajesusparadela dijo...

La Odisea de odiseo es pura maravilla. Me gusta mucho más que la Ilíada, aunque ambas contienen al ser humano en su totalidad.
Buena historia.

Judith dijo...

Hola!!
Que preciosa historia, al final el ídolo se tuvo que ir, mejor así, recordar lo maravilloso que fue, lo intenso de lo vivido jamas lo podrá olvidar.
Gracias por participar!!
Besos

emejota dijo...

Así se aprende, con dolor y lágrimas, mira tu que pena, ojalá lo pudiéramos hacer a risotada limpia, pero esta siempre viene, si viene, mucho después, al final de todo. Besos.

Juan L. Trujillo dijo...

Muy bella historia. Desde la playa solitaria de la juventud, casi siempre se termina por llegar a la Ítaca de las realidades terrenas, donde los dioses terminan por ser otros.
Un abrazo.

censurasigloXXI dijo...

Como diría mi peque, eso le pasa por "morarse" de un chulito, jajajaja!

...beset i cafenet...

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Pobre, ella que se había hecho ilusiones, y todo fue un espegismo. El regresó a su mundo y ella quedó desolada, que le vamos a hacer.
Un petó

Fabián Madrid dijo...

Hoy en día se pierden tantos ídolos...
Un beso.

Auxi Gonzalce dijo...

De todos los ídolos que podemos adorar, el más doloroso es aquel que no sabe que lo es. Esa falta de memoria de tu Odiseo me parece una excelente metáfora de la ceguera o de la inocencia del ídolo que vive en la ignorancia.

Entiendo a tu joven e inocente Nausicaa pues, de todos los héroes gracolatinos, es Ulises, Odiseo para los griegos, uno de mis favoritos. Frente a los fornidos guerreros de Grecia y de Roma, Odiseo vence a sus enemigos usando su inteligencia, algo tremendamente extraño en el panteón clásico, y lucha contra los dioses y contra sus trampas durante años por amor: el de su amada Penélope y el de su hogar en Ítaca.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Un doloroso proceso de madurez.
Besos.

rosa_desastre dijo...

Que corta se me ha hecho tu historia de la historia, que belleza de comienzo y final de un amor, que tragedia para una niña descubrir que su ídolo se desvanece con la realidad.
Un besazo

Gaby* dijo...

Dime Natalia cómo volver la mandíbula a su lugar, es que he quedado boquiabierta con semejante relato! Pues duro ha sido descubrir que aquél ídolo, solo padecía de desmemoria y no ignorancia. La desilusión pesa, sobre todo cuando idealizamos y ponemos en la cima al otro.
Besos y aplauso!
Gaby*

Anónimo dijo...

Al menos, durante el período en que duró su desmemoria, ella pudo disfrutar del ser humano. La memoria le devolvió su naturaleza de heroe y ya nada fué igual. Digamos que fué hermoso mientras duró.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Al menos, durante el período en que duró su desmemoria, ella pudo disfrutar del ser humano. La memoria le devolvió su naturaleza de heroe y ya nada fué igual. Digamos que fué hermoso mientras duró.
Un fuerte abrazo.

Maria Liberona dijo...

Idolatrado y luego odiado por una desilución

balamgo dijo...

Bonito relato. Como siempre muy jugosos.
Abrazos.

Dorotea dijo...

Maravilloso relato que da el salto en el tiempo y Ulises de pronto es más real que nunca aunque pierda su condición de ídolo y Nausicaa tenga que aprender la lección, esa de los pies de barro. Me has hecho recordar un busto de Ulises que vi en una sala cerca de la Acrópolis y que me pareció el rostro masculino más hermoso jamás esculpido.
Un beso.

Alberto V. dijo...

Excelente relato que nos ilustra y emociona. Su alto contenido mitológico engancha. Te felicito por lo bien escrito.

Un abrazo Nausicaa ;-)

Lucía m.escribanoblogsport.com dijo...

Excelente tu relato, como siempre es un lujo pasar por tu casita y leer historias tan bellamente contadas.
Parece que en la antigua Grecia, ya había ídolos de barro...Creo que ahora son los únicos que podemos ver. Miremos hacia donde miremos.
Besos preciosa amiga.

Lucía m.escribanoblogsport.com dijo...

Por cierto : la pintura de René Magritte es una maravilla.
Abrazos jajajaj

Leonor dijo...

Oh!!! qué injusto! Pobre muchacha, qué pronto aprendió lo que supone el sufrimiento de los amores. Es una historia preciosa.

Besos.

San dijo...

Bella historia y bellas letras Nátali. Y desde luego que hay "ídolos" que dejan de serlo cuando abren la boca.
Mientras duró, que bello lo contaste.
Un abrazo.

Alfredo dijo...

Ese Mediterráneo seminal capaz de alumbrar civilizaciones esplendorosas e infinidad de pequeñas historias de amor y desamor, de adolescencia y madurez de la manera que ningún otro océano puede.

Buen finde!!

Juan Carlos Celorio dijo...

Bello relato, me encanta cómo lo has enfocado, desde esa joven que encuentra a ese ídolo, que para ella es por como es, no por lo que ha sido.
Besos, amiga.

Mari dijo...

¡¡Exquisito!!
¡¡Por Jasón y Medea, también por Odiseo!!...;)))
Encantada con el tributo que rindes a nuestros padres clásicos, sea cual sea el tema tratado.
B7s...;))

Ío dijo...


Muy bien contada la historia, Natàlia.
Una hermosa visión la tuya, nos acercas a los clásicos y eso siempre es de agradecer. Gracias, :)
Abrazos en sábado.

Ío

miquel zueras dijo...

Una historia encantadora. Hay que ver la atracción que nos inspiran las personas rescatadas de las aguas. Supongo que conoces la historia de ese cuadro de Magritte: su madre se suicidó lanzándose a un río y encontraron el cuerpo con el camisón levantado que le cubría la cabeza. Una imagen poderosa.
Petons. Borgo.

Charo dijo...

Qué bella historia has contado y de qué forma!Me quedo maravillada de lo bien que está escrita! Enhorabuena!!!
Un beso

Myriam dijo...

Crecer implica la capacidad de desmistificar. Me gusta esta reinterpretación tuya de los mitos.

Ahh y mil gracias por tu visita y comentario en casa, me emocionó tenerte de vuelta por allí.

Un beso

Loquita Diplomada dijo...

Ha de ser muy duro descubrir que el ser al que idolatramos nada tiene que ver con lo que creíamos. El ídolo que ella creyó ver en él acabó desmoronándose al descubrir que no era quien a ella había cautivado. Pobre Nausicaa.
Me ha gustado mucho tu relato.
Un beso!

casss dijo...

Espectacular puesta en escena... Conmovedor relato. Me puse en la piel y en el dolor de peder la inocencia de idolatrar...

besos Natalia, siempre lo dioses estàn contigo!

Cristina Piñar dijo...

Un relato muy bien narrado que atrapa y engancha desde el principio hasta el final, ese final en el que, para desgracia de su protagonista, se cae su ídolo. Un beso.

rodolfo dijo...

quizás esta no sea tu primera reencarnación...