15 de febrero de 2012

Los jueves relato: YO TENGO UN SUEÑO

Jueves, día de mercado.
En la plaza mayor, junto a la estatua ecuestre del prócer, se desparraman los puestos con sus toldos como velas y sus armatostes de tubos finos. No amenaza lluvia, triunfa la primavera, buena cosa para las ventas, piensan los feriantes.
La camioneta, azul con nubes blancas pintadas en los costados, llega a la hora que los municipales pasan revista a los permisos. Todo en regla.

Desde las aceras, las casas, las bocacalles, acuden cual abejas a un panal, las clientas habituales, alguna viene con su consorte jubilado, el cual, apático, arrastra el carrito mirando para el bareto, pensando en el carajillo.
Cunde la novedad, aquel puesto llama la atención porque las parroquianas se conocen a cada gitana, a cada chacinero, al de los calcetines, al de ropa interior, al quesero zamorano...
El nuevo vendedor, muy joven, tejanos, camiseta, pelo rubio, sin barba aún, como si nunca hubiera roto un plato, las mira con ojos de cielo y enseguida se expande la comidilla.
En un suspiro viste túnica alba cuajada de estrellas, en sus hombros descansa dos alas plumosas, iguales a las de los angelotes del pesebre viviente.
Al punto dispone su mercancía sobre la tabla del puesto asignado, y se levanta un revuelo de dimes y diretes. Cosas raras expone el chico.

La Sra. Paca, siempre decidida, la voz cantante, se adelanta y pregunta:
__¿Vendes alitas de pollito?-alude, jocosa, a las que lleva puestas el muchacho.
__Vendo sueños.
Chanzas generales, codazos, cloqueos como de gallina.
__¿A cuánto?-la Paca se envalentona.
__La voluntad-sonríe el ángel que da gusto verle.
Una de las mujeres, entrada en carnes y en años, señala a la vieja maleta de cuero, salpicada de etiquetas con nombres extraños: Cairo, Tombuctú, Fiordos, Río del Plata, Bombay, Paraguay...
__¿Y este trasto?-cuestiona al muchacho
__El viaje.
__ Siempre he querido viajar y nunca pasé del pueblo de al lado. ¿Si te compro la maleta viajaré?
__Si te empeñas es posible, hay que soñarlo intensamente, la maleta te ayudará a no olvidar tu sueño. Se puede viajar de muchas maneras-concluye el joven.
Otras se acercan, manosean los artículos, escogen, prueban, dudan. La Seña Angustias compra unas zapatillas de puntas con sus cintas rosadas, ser bailarina era su sueño, pero le van pequeñas y las regalará a la nieta. El marido de la Paca se lleva gafas de buzo, entrenará en la bañera, luego en el río, y quien sabe, algún día en el mar que está a 300 km, de niño quiso ser submarinista y nunca ha visto la mar.
Al final queda poco en el mostrador; un sombrero picudo de mago, una barco dentro de una botella, un calidoscópico que adquiere el hijo del carnicero.
__¿Y estos otros sueños?-es la voz dulce de una pelirroja, ojos verdes, tímida, pecosa.
En un apartado se ve una estatua de yeso levantando una antorcha, una balanza, una paloma en una jaula. De nuevo sonríe el muchacho y ella baja la mirada.
__Ideas que soñamos despiertos, justicia, paz, libertad...sueños que cuestan esfuerzos ilimitados, desde muy antiguo los soñamos entre muchos, no nos cansamos.
Se queda pensativa la chica mientras el vendedor recoge trastos y desmonta la parada.
En el pueblo, quien más quien menos, se ha llevado el objeto de sus sueños.

Ya sin alas, de nuevo en tejanos y camiseta, el muchacho se dispone a subir al volante, pero unos golpecitos en el hombro le hacen volver la cabeza. Contempla el rostro almendrado de la pelirroja, niña de fuego.
__Ángel, te olvidaste de mi sueño-lo besa intensamente y añade:-Eros con alas, Amor ¿me aceptas en tu sueño?
Por respuesta, un beso y subirla a la camioneta, levantándola por la cintura, al ángel le pesa menos que las plumas de sus alas.
Escultura: Psique y Eros- Antonio Canova, 1793.
Sueños y ensoñaciones en la amable casa de Pepe: http://desgranandomomentos.blogspot.com/

33 comentarios:

Juan Carlos Celorio dijo...

Me ha gustado, porque ¿cuántas veces compramos sueños? Recuerdos de donde hemos estado que nos hacen volver (en sueños), los mismos libros ... un puesto en el mercadillo me parece genial para vender sueños.
Bonita idea y desarrollada como siempre, muy bien.
Besos y hasta el viernes.

Manuel dijo...

Precioso relato, Nátali, todos conocemos más o menos nuestros sueños , lástima no sber donde podriamos ir a comprar al menos uno de ellos.
El final, original y abierto a la imaginacion.
Un beso

José Vte. dijo...

Un cuento precioso. Yo también iría corriendo a comprar una pizquita de mis sueños en un mercado. Esos sueños, justcia, paz y libertad, sería más bonito que no se vendieran si no que se regalaran.

Un abrazo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Sueños que soñamos despiertos y otros que se hacen presentes cuando estamos inconscientes...pero todos nos impulsan, nos dan alas, nos invitan a avanzar. ¿qué seríamos sin sueños?...hueso y carne sin propósito, sin impulso, sin ganas de sentirse vivo y andar!


Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Ojalá fuera así de fácil...
Besos.

Anónimo dijo...

Poético, hermoso, distinto. Nátali, me ha encantado tu vendedor de sueños. Objetos que representan para sus compradores aquello que siempre quisieran y no lograron. Algunos sueños materiales, tangibles, otros inmateriales como la paz, la libertad, otros eternos como el amor.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

alejados del mundo clásico, natalí, la dulce dicen, va y nos deja un relato de esos que calan..hala, así, como si ná¡¡
el caso es que la niña natalí, la dulce dicen, ha tenido la capacidad de emocionar FUERA DEL CLASICISMO..toma ya¡¡¡ el caso es que, fuera, alejada de su mundo amado, nos y me ha metido en una ensoñación de sueños...
sabes, natalí, esta vez pocas palabras te sobran, por no decir que ninguna. sabes, natalí, esta vez has saltado alto, muy alto...
medio beso.

Sindel Avefénix dijo...

Objetos que representan sueños, un vendedor misterio que ayuda a concretarlos en un pueblo donde nunca pasa nada, y un final romántico.
Excelente relato!!!
Un abrazo.

Alfredo dijo...

A veces, algunas veces, los sueños se cumplen y entonces nos damos cuenta de que no son como habíamos soñado.

Un abrazo!!

Medea dijo...

He paseado por ese mercado, es como el que llamamos aquí el mercadillo, también tenemos al godo, al charlatán, al de los calcetines, a “la pija” y a “ojos de huevo”, el próximo martes, buscare a ¿John? ¿Es John quien vende sueños?.
No, en serio, me ha encantado es vendedor de sueños, los sueños no tienen precio, los materiales como las zapatillas o las gafas de buzo en cuya contemplación podrán soñar despiertos, y menos aún esos sueños que todos quisiéramos ver realizados, esos que no podemos tocar y se escapan, justicia, paz, libertad…amor…este último no se lo dijo, pero ella supo una vez despojado de sus alas que lo tenía delante.
Aplausos princesa, nunca dejas de sorprenderme, siempre me derrito en tus relatos. Un beso grande solo hasta el sábado, para entonces, tengo otro jeje

Encarni dijo...

Que preciosidad de relato, no me imaginaba que en este mercadillo tan mundano al final se vendieran sueños de este tipo. El fin es para volar con alitas de angel :)

Un abrazo juevero.

NINA dijo...

Voy a tener que ir a comprarle, pues me he quedado sin!

Baci

MARU dijo...

¡Ay Nataly!!!!!! Que me ha encantado...
Que quiero que me digas en donde este ese mercadillo...donde se esconde ese galán que puede llevar esa mercancía tan valiosa... Que procuro siempre tener a mano mis sueños y algunos de reserva...pero no quiero correr el riesgo de un día quedarme sin ninguno...además, si es tan guapo...
Espera, espera... no será esto sólo un relato imaginario??? No será ese mozo el ángel de tu escultura... Quiero soñar que no...
Besitos princesse mía...

Inma Brujis dijo...

Ala que bonito!!! tienes que darme la dirección de ese mercado para pasarme por él...
Besossssssssss

San dijo...

Espera Nátali, dile que no recoja aún, tengo que comprarle algún sueño, seguro que rebuscando entre el puesto encuentro lo que busco.
Ayyyy! como me ha gustado. Y ese final de escandalo.
Un abrazo enorme, que ya me gustaría poder dartelo el viernes.!qué envidia me daissssssss!

Isabel Barceló Chico dijo...

Magistral. De los mejores relatos cortos que te he leído, querida natali. Ay, tu pluma sí que es más ligera que las plumas del ángel. Y apuntá más alto.
Un abrazo muy fuerte y ardiente de admiración.

Matices dijo...

Que bonito!!, yo creo que he tenido que estar en ese mercado, creo que me llevé el caleidoscopio... Me ha llamado la atención una cosa, los sueños quedan aparcados, nunca olvidados así lo demuestran las personas que llenan ese mercadillo...

Besos, hacedora de sueños!!

Lupe dijo...

Hola, Natalí.

Me ha encantado leerte en esta "faceta" de relato romántico y soñador y con final feliz, como en las películas.

La imagen del jubilado añorante de carajillo es genial.

Un abrazo.

Maat

Anónimo dijo...

Creo que el sueño de los sueños serìa comprarlos y atesorarlos..tenerlos por allì guardados en un cajòn secreto y sacarlos en uno de esos dìas...de tantos que hay a aveces.


ssaludos

Maria Liberona dijo...

que hermosa historia, la verdad que todos tenemos algún sueño por cumplir... y el final me ha encantado

Maria Liberona dijo...

me ha gustado la historia... y la verdad es que todos tenemos sueños por cumplir...

Wendy dijo...

Hola Natalia:
Pues avísame donde está ese puesto del mercadillo, a ver si me acerco mas al sueño que tanto espero, aunque, para ese, hace falta tanto, tanto...
Que tus sueños sean de los primeros en hacerse realidad :)
Wendy

Alfredo dijo...

Recuerdo que algo escribimos sobre los mercados de los jueves. Pero aquel, de unas bragas baratas no pasaba.

El Mercado de nuevo se llena de color y un nuevo vendedor asoma entre lonas y tubos que las sostienen.

Se hace el ángel, parece un ángel... es un ángel.

Me resisitía a utilizar este calificativo, pero... ¿por qué no?
"Bonito", es muy bonito... y tierno, y entretenido... y estimulante... y...

Besos

Any dijo...

Lindo cuento, final de amor inesperado.
Los sueños deberían venderse en el mercado (me pasás la dirección de este por favor?) y uno podría elegirlos cada semana: la zapatillas de baile (aunque hoy pese 170 kg), las antiparras para bucear (aunque solo pueda hacerlo en la bañera) ... y todo lo que a uno le dé la gana, hasta un amor, porqué no?

Sirenas venden? Te compro y te llevo para mi casa, asi me contás mas de estas historias.
Muákate!

casss dijo...

...quien regala sueños,
a veces tiene su premio!!!

Él los vendía a voluntad... y encontró quien supo pagar el justo precio!!!

Dulce y amoroso relato, como los sueños que nos gustan tener.

besos ya abrazos mil!

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Oye, no se que pasa con tu blog. Ya me ha pasado varias veces que se borra el comentario, menos mal que he vuelto a pasar.
Un vendedor de sueños, como me gustaría; aunque este te da un empujoncito y después le has de ayudar tú un poco; pero desde luego me gustaría tenerlo conmigo, sobre todo para animarme en horas bajas, y para frenarme si me paso de contenta. En fin, no se puede tener todo.
Un petó y a ver si ahora si.

julian dijo...

Encantador relato, siempre me han gustado los mercados, con sus velas, sus tubitos, el ambiente la gente que viene y va, seguro que tienen un montón de sueños cada uno, sueños que a veces se encuentran en los puestos mas insospechados...

saludos

Liwk dijo...

Excelso relato. La idea ha estado bellísima y la narrativa me ha enganchado desde el principio. Es un gustísimo leerte.

Myriam dijo...

y hay veces que soñamos sueños imposibles...

Necesito un ángel. Ya.

Besos

I. Robledo dijo...

Que bello seria que existiera un almacen olvidado en el que vendieran, a buen precio, sueños felices...

Seria bellisimo...

Un abrazo fuerte

maruja dijo...

¿Nadie ha querido soñar la paz, la justicia y la libertad? O es que no están a la venta. Un abrazo

Myriam dijo...

Paso nuevamente a darte un abrazo, Natalí. Espero que andes bien con tus cosas.

Y besos

Salvador Pliego dijo...

Bonito ese cierre. Te felicito.