3 de marzo de 2011

Este JUEVES un relato: La primavera la sangre altera.


Se estrujaba el grano sin piedad, entre los pulgares ¡chofff! Luego aplicaba dos capas de crema astringente, exfoliante, abre poros. Et voila!: fracaso total, a la mañana siguiente otro forúnculo seboso en la frente, justo al lado del que ayer exterminó... ¡agotador, desalentador! En eso llamado cutis o epidermis, brotaban, continuamente, inevitables volcanes en erupción. Para más inquina no le salía ni un maldito pelo varonil en el mentón. Y lo intentaba, con la maquinilla de afeitar que hurtaba a su padre. Se repasaba la barbilla, recordando que decían: “cuanto más te afeites, más bigote te sale, ¡tú dale!” Al menos ese mentón lampiño tenía hoyuelo, un hoyuelo que iba aprendiendo a utilizar para seducir.



Escuchó risitas femeninas a través de la puerta del baño entreabierta. ¡Blanquita y su hermana!...Una cosa buena que había hecho su hermana en la vida, llevar a Blanca a casa y al final se iba a fastidiar todo. Seguro que se reían de él por verle así, apestando a after shave. Cerró la puerta y se quedó ensimismado mirándose en el espejo sin verse “¡Ay! blanquita, cara bonita, ¡pechitos con sus pezoncitos muy salidos! Blanca, sueño imposible”. ¿Cómo acercarme a ti al salir del instituto con esta jeta plagada de granos, delante de todos? No voy a tirarme de cabeza a la piscina del hazmerreír”


El destino le daba la ocasión que se merecía: la tenía en casa y en bandeja. Así que decidió dejarse caer en el estudio. Adivinaba que estarían chateando en Face o contándose secretitos. ¡Ánimos Oscar!
Allí estaba, a punto de cruzar el umbral del críptico universo femenino, cuando las trescientas maneras que había ideado para realizar su entrada, más o menos, impactante, decidieron marcharse y fueron sustituidas por un inoportuno temblequeo, dejándole, como quien dice; en pelotas virtuales.
Pero ya estaba dentro sin llamar, ni el más simple ¡toc, toc!. No las veía, seguro que estaban retumbadas en el sofá, ante el portátil. No las escuchaba, tal vez debido al escándalo de su propio corazón BOUM, BOUM ¿O a las glándulas disparadas de la testosterona? Entonces, de la trasera del sofá, asomaron las cabezas de ambas. Calcadas, dos cuerpos andróginos, dos rostros pálidos, el pelo de Blanca teñido en tono violín. ¿A qué jugaban así desnudas, a los zombies, a las Barbies, a...? ¿Se besaban? Nunca entendería a las chicas, ni ellas a él. Se lo demostraron levantándose furiosas para arrojarle un envase de tinte y guantes de plástico pringosos, un corbatín, unos tirantes, un chaleco, dos pares de botines, unas barbas postizas, hasta una tela con un retrato repelente, y lo peor fue ¡la maquinilla de afeitar eléctrica! que le dio de lleno en la ceja izquierda. Tuvo que ponerse una tirita.


Por el pasillo, sin aliento, rememoraba la imagen de aquellas desnudeces, punto anoréxicas; su hermana y Blanca eran copias clónicas ¿de qué?, se preguntaba.
Rendido a su negro destino pudo ver por la ventana que en el jardín, su perro y la perra del vecino hacían honor a la primavera, con ímpetus y sin vergüenzas. Oscar creyó que le explotaba otro de sus granitos.
Se encerró en su guarida, sintiéndose nadie, corazón roto, igual que el que tenía en su cuaderno de dibujo, cruzado por una flecha que iba en dirección de O a B. En el corazón no podía ponerse tiritas. Su existencia terminaba aquí, porque el amor de su vida jamás le querría. Flipaba a tontas y locas: “¿a lo mejor Blanca si que me quiere?, ¿a lo mejor si la beso yo en lugar de mi hermana?, pero en el fondo...en el fondo...”
En el fondo estaba colado por una chica que anhelaba ser la mujer barbuda.


Iba a desplomarse sobre la cama para, tal vez, no levantarse nunca. Descargaría su frustración fantaseando sobre lo que había de femenino en la escena que acababa de ver, cuando entró su padre con un inalámbrico en la mano. ¡Puñetas, sin llamar! eso le sacaba de quicio, aún admitiendo que él había hecho lo mismo irrumpiendo en el estudio. Se arrancó la tirita ¡depilación en seco!
__ Es para ti. Laura.
__Hola Laura
__ Óscar, tengo dos entradas para el concierto de los Metro. Es tu grupo favorito, ¿verdad? ¿Vienes conmigo?
__ ¿Los Metro?, no me lo puedo creer. Te paso a buscar a las siete.
“Laura, gafotas, empollona, también granulosa. En el Insti la llaman la paella” Óscar no lo sabía, pero Laura adoraba con locura su mata de pelo rubio, su cara aniñada y mmm, ese mentón con hoyuelo.
Su padre haciendo ver que no había escuchado, añadió:
__ Oscar ¿Sabes lo de tu hermana?_ pura duda e intriga en la cara del chico_ Pues a ella y a Blanca les dan los papeles protagonistas de la adaptación teatral del Retrato de Dorian Gray que se escenificará en el Instituto. Tu hermana es Basil, el pintor. Se quiere rasurar el cráneo y ponerse barba ¡qué locura! afirma que le dará más morbo. Tu madre está que trina. Y Blanca es Dorian…el efebo eterno. La verdad, la considero una obra degenerada de maricones y estoy por enviar una enérgica protesta…


No escuchaba a su padre, tal vez la historia de Oscar Wilde; (qué casualidad, Óscar, su mismo nombre) las había trastocado. Blanca era inalcanzable y Laura, fan de los Metro, se le antojaba más en su onda, estaba a su alcance ¿palpable?
Se abandonó sobre la mullida cama, dispuesto a descargar la sobredosis primaveral, mientras aquel amasijo de visiones y sensaciones recientes, le dibujaba un cuerpo con la cara de Laura, hasta recrearla perfecta, aunque con algún granito ¡nadie es perfecto! y por algo la llamaban fogosa sartén, la del culito respingón ¡toda pasión para freírse a fuego lento!


Chillaban las oscuras golondrinas y las abejas a su polen, libando.



Más primaveras donde Gus: http://callejamoran.blogspot.com/ 

51 comentarios:

Susurros de Tinta dijo...

Me gusta esa forma tuya de ahondar en el alma de la gente, más me gusta como eres capaz de hacernos meternos en la piel de tus personajes y casi me llevo los dedos a la frente a buscar el maldito y asqueroso grano, puag, que cochina eres!!!, jajaja, como me gusta leerte, Diosa gatuna, y que triste es que la edad no sonsiga eliminar todas esas inseguridades en cuanto el amor se instala en el corazón, aissss, miles de besosssssssssssss

MARISOL dijo...

Qué buen relato ! Me he reido recordando esas primaveras hormonales contra las que no hay vacuna posible. Y en cuanto a Blanquita y a Laura... más vale pájaro en mano que ciento volando, al fin todos acabamos aprendiendonos el refrán. Un beso primaveral.

Medea dijo...

Pulsiones de adolescencia donde la primavera no es una estación, es un estado. La adolescencia y la primavera, tema que ambas hemos evocado.
En el caso de tu Oscar...confusión, complejos, fantasias. Me encanta leerte, tu bien detallada narración me ha hecho volver un poco a esa adolescencia, a las sensaciones de ese estado, a las peleas con algún que otro grano sobre el que aplicar maquillaje a cucharadas dándole aún peor aspecto jajaja. Preciosa historia de la eclosión salpicada de emociones.
Un beso enorme preciosa.

Mar dijo...

¡Uf! La adolescencia junto con la primavera, igual a cóctel molotov.
Me ha gustado adentrarme en la historia anecdótica de Óscar, "persiguiendo" avergonzado a su amada pero inalcanzable Blanca para, finalmente, darse de bruces con la realidad más "palpable" de Laura. ¡Y fan de los Metro! ¡Ay, juventud! ¡divino tesoro!
Petonets primaverals guapi

Medea dijo...

¡¡Socorrooooo!!Que alguien me lo explique!! He estado aquí antes, ahora he estado en el de Juan Carlos y he tenido que volver de nuevo aquí¡¡Que alguien me lo expliqueeeeee!!jajaja…una de po favó.

Any dijo...

En pelotas virtuales! jaaaaaaaaa!!!! esto lo adopto ya!
Es lo bueno de la adolescencia, hoy un sufrimiento que te deja a punto de morir, mañana una ilusión nueva y todo está bien.
Ya vendrá el tiempo para Oscar y su hoyuelo de conquistar Blanquitas, Lauritas y Natalis (porque no?), mientras tanto como a todo teen que se precie, la primavera lo pone PUM!!! para arriba!.
un beso

Matices dijo...

Pues yo estoy como Medea, no sé, supongo que alguna broma de primavera... ¡¡Que mal rollo!!, ¿a cual comento?.
Besos

Natàlia Tàrraco dijo...

¿qué será,una rosa un clavel un abejorro? NADA DE MAL ROLLO,
¿tendrá que ver con "aquatremans"????
comentar a los dos que sean, jejeejjjee.

Estoy en gabachilandia, os leeré a todos y todas el domingo, besitoooos.

Javier dijo...

La adolescencia, una estupidez mental que todos la curamos con los años.
Yo no tuve granos pero sí autosuficiencia. No me enteraba de nada, como todos, y lo peor, no me daba cuenta.

Saludos.

Myriam dijo...

¡¡Explosión de granos, adolescencia y primavera!!

San dijo...

Natalia pero que gustazo volver a los 15, de esos Oscar tengo yo alguno, unos que ya la dejaron y otro que casi la comienza, !lo que me espera las dos o tres o cuatro.....próximas primaveras! Que despertares más cándidos.
Un beso graaaaaaaaaaaaaaaannnnnnnnnde.

Teresa Cameselle dijo...

Jajaja, granos y hormonas a punto de reventar, todo un canto a la adolescencia, ansiosa, desconcertada, inconstante. Que haya suerte con Laura, que la va a tener, porque Blanca me parece que orbita en otra galaxia.
Besos frescos desde el noroeste.

Juan Carlos Celorio dijo...

Francamente genial tu texto, jeje.
Choca esas dos manos, con estas dos.
Beso fuerte, compañera

Susurros de Tinta dijo...

Jejeje, vaya dos patas para un banco, besos a los dos genios, eso si, ahora iré para casa de Juan Carlos a dejarle solo besos, aissssssss

Manuel dijo...

Cuatro manos para concebir un relato cuyo protagonista se debate entre la realidad y el sueño deseado, ¿dos manos para cada opción? jejeje.
Quien no haya vivido esa situación tan ambivalente, que tire la primera piedra.
Un beso, Natali, te esperamos de vuelta de tierras gabachas

Celia Álvarez Fresno dijo...

Un revuelto hormonal en solfa.
Muy revoltoso, muy primaveral, con granitos, amores y toda una ensalada de sensaciones; bien aliñada, con ingredientes al gusto, y una ensaladera, de primera división.
Natalí, te sales.
Besinos.

FIBO dijo...

Yo soy bastante lampiño, ya lo he dejado por imposible...pero en mi juventud se recomendaba restregar por la jeta...tocino cocido y cascara de platanos tres veces diarias, así durante un tiempo y mi pobre madre cague en to, por mancharle la almohada cuando me iba a la cama...me ha gustado como siempre la forma tuya de relatar,eres especial en este tipo de texto...un besin

Primavera dijo...

Joper hay unos productos muy buenos ideales para secar dicho granos...pero Natali a tu edad creo que ya no es pubertad..o si? ja ja ja
Primavera

Un par de neuronas... dijo...

Pásese usted por donde Juan Carlos y reciba el comentario...

Como cabras...

Besito, compi bonica i templà!

El Drac dijo...

Uuau!! qué bonito relato, recuerdo de mi adolescencia los granitos pero no el que haya estado fijándome de manera morbosa en las formas femeninas, es más de éso ni siquiera habñabamos con mis amigos; o será que estábamos abocados a otros temas, a mi me gustaba mucho surfear, iba a la universidad por la noche y en el día trabajaba y en realidad poco tiempo tenía para ésas cosas; pero tal vez sean así como lo relatas, la prueba está en lo que veo en los muchachos de hoy que no creo que hayan cambiado tanto de la noche a la mañana. Un fueerte abrazo

Medea dijo...

Jajaja, como os habéis quedado conmigo, pero teníais que haber esperado un poco más a aclararlo, habría dado lugar a más comentarios de incertidumbre, jajaja.¡¡impacientes!!Besazo
"profiter de tout ce que vous pouvez vous attend ici le printemps"

Susana Peiró dijo...

Mi cielo, qué padecimiento tan adolescente! Hemos sufrido junto a Oscar en tu relato! Que granos en la cara sí, que pelos en la barba no, que me mira, que no me da ni la hora, que voy, que no voy…ahhhhhhh!
¡Bello trabajo Amiga! Me recuerda la adolescencia de mi pimpollo (no hace mucho) y esas primaveras en que mataba y moría por una trenza rubia que para variar, ni lo miraba! Muchos besitos primaverales para Vos desde mi casi Otoño!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¡Qué haríamos nosotros sin la sangre alterada!

Unknown dijo...

JAJAJAJAJAJAJA! ME SACASTE UNA SONRISA COMO LUNA! POR DIOS! GENIAAAA! ES MUY GRACIOSO EL RELATO...ADOLESCENTE EN CRISIS! DIOS A ESTE LO PUSISTE CON LAS SANGRE HIRVIENDO! JAJAJA... TE PASASTE NATALIA...BESITOS! QUE TENGAS UNAS HERMOSA PRIMAVERA!

Alfredo dijo...

Primavera adolescente y las hormonas causando estragos de todo tipo, y las inseguridades de todo tipo a flor de piel.

Un abrazo!!

Anónimo dijo...

Pobre Oscar: Con las hormonas alborotadas, con la líbido a flor de piel, con la ensoñación puesta en su princesita Blanca mientras se estrella en la pura y cruda realidad de Laura, empollona y posiblemente bastante menos hermosa. Adolescencia y primavera, aunque van de la mano, a menudo no terminan de tener objetivos comunes.
Un abrazo.

yonky dijo...

Asi como esa abeja,quede yo,libando este relato.

Repuje de adolescencia primaveral trastocado a ritmo de vertigo,digo,asi es como estalla la primavera,no?

Todo se imagina,se alucina,los hilos de la realidad entrecruzados,haciendo cortocircuito,para que nuestra vision apenas vislumbre destellos.

Dios los hace y ellos se juntan.

apapachos

Isabel Barceló Chico dijo...

Ay, cuántos recuerdos de adolescencia y juventud me traen tu relato. ¿Cuántas veces no habremos hecho como Oscar, conformarnos con lo que teníamos a mano intentando "arreglarlo" lo mejor posible? Tu narración me ha hecho sonreir. Un abrazo muy fuerte, querida amiga.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Los adolescentes son de los que no hay, y desde luego las mujeres somos más complicadas que los hombres y es dificil de entendernos; pero bueno hombres, os habéis de entrenar más.
Un beso

elena clásica dijo...

Querida Natalí:

Nos llevas de viaje... Así eres tú. Desde la Grecia antigua a la adolescencia actual. Las miradas no son tan distintas, más bien no lo son en absoluto. Allá en Roma sufría el Quinto cuando volvió de Grecia hecho un hombre, un hombre adolescente sí, y se encontró con su esclava de larga e intensa melena cimbreándose a su alrededor, le parecía en que nunca había reparado en que ella era del sexo femenino.
Aquí el pobre Óscar, desolado, es inoportuno testigo de lo que no hubiera imaginado. Qué sensaciones extrañas, al ver a las dos chicas besándose. No es el dolor del abandono, la aspereza del desdén, no es otra cosa distinta. Laura acude a la mente salvadora. Los granos, elemento estructural, sirven de unión entre dos almas sufrientes.
Lo que haya de pasar en el concierto, ¿será objeto de una continuación? Me gustaría.

Hay que ver, se empieza a sufrir en la adolescencia y ya no recupera uno la calma ni la quietud, aunque sin granos se disimule, jaja.

Besitos, guapa.

taio dijo...

muy bonito

maruja dijo...

Me parece lo mejor cómo has descrito las sensaciones del pobre muchacho. Pero ese final abierto es muy prometedor. Y aqui nevando, un horror. Un beso

Natàlia Tàrraco dijo...

AMIGAS Y AMIGOS...
NO PUEDO COMENTAROS, ME LO IMPIDE EL SISTEMA, A VER SI LO SOLUCIONO. LO LAMENTO DE CORAZÓN, LLEGUÉ AYER Y HE INTENTADO ENTRAR CON COMENTARIOS A VUESTROS BLOGS !IMPOSIBLE!
DISCULPAS OS PIDO DESDE AQUÍ, DE OTRA FORMA NO PUEDO DE MOMENTO. No creaís que no quiero leer vuestras entradas, TODO LO CONTRARIO, AYYYY ¿vale? BESITOOOS MUCHOS.

Anónimo dijo...

natalí...alguien a quien quiero mucho diría TRAMPA, TRAMPA, LO QUE USTED NO QUIERE ES COMENTAR¡¡ JAJJAAJ...
perdona la broma, nataí..
veamos, para empezar,¿qué es eso de haber estado pendoneando tanto tiempo?
jaaj
veamos...juan carlos, natalí, ¿quién leches escribió qué?
quiero decir, que a parte de un ..."puñetas" que se lo adoso a natalí, y en verdad no sé muy bien el porqué, no sé quién ha escrito qué. vuestros estilos los conozco. no es mérito mío. es que os llevo leyendo mucho tiempo...bue...diría ahora que lo pienso que quizá sea natalí la que se ha amoldado más al estilo de juan carlos...creo, que no estoy muy seguro de ello...bue, sí...así lo afirmo. natalí escribe más descriptivamente, creo.
anda, gustavo, sin quererlo has dado con esa clave...
bien, y una vez dicha esta apreciación...
me recuerdo de mi primer bigote. no me recuerdo de mis primeras espinillas. mi primer bigote... ME LO AFEITARONNNN, LECHESSS¡
era una de esas bromas de b.u.p. y de colegio de curas. ¡no te jodeee!
pero no recuerdo a ninguna laura también espinillosa. claro está que lauras existían y existen.
ah, otra cosa. ¿cómo leches habéis llegado a marcaros este relato si lo habéís hecho a base de mails? pues esa línea a la que aludía antes, esa que me dice que no sé quién ha escrito el qué, está más que bien remarcada, oculta ambas las cuatro manos, las queda sin huella, para dejar una sola huella...joderse, que habéis logrado, y de ello también me apercibo ahora, al reflexionar, logrado un muy buen trabajo...un trabajo de una sola voz, en habiendo dos voces...os felicito, juan y nata..
medio beso...a repartir como sea.

MARU dijo...

¡¡¡HABÉIS RIZADO EL RIZO!!!!!
Con premeditación y alevosía...
Sois muuuuuuuuuyyyyyyyyyyy crueles.... pensando en esa cara de bobos que hemos puesto leyendo dos cuentos...
Esto se está poniendo muy difícil, la imagianción al poder, cada dia más-
Bien por dos queridos amigos........

Sobre el cuento pues creo que es la situación, junto con las alergias que más representa las alteraciones primaverales.
Vamos...dicho en plata: LOS CALENTONES PRIMAVERALES!!!!!!! unidos a la edad de los jóvenes, pues una mezcla más exposiva que la que cualquier químico quiera preparar...

Enhorabuena. besitos a los dos.

Alfredo dijo...

Natàlia, geníal relato paseado por el ombligo de la adolescencia.
Granos, pasiones, realidades, cremas y conciertos, para recrear un momento que bien pudo pertenecernos en nuestra pubertad.

Insisto, excelente relato y no esa tontería simplona que ha escrito Juan Carlos.

Abrazos

IRLANDA dijo...

Juventud, divino tesoro y que mal aprovechado en más de una ocasión por las ganas de crecer.
Poco a poco y buena letra, eso es lo que teníamos que haber tenido todos en la cabeza a esa edad, pero demasiado fogosos para recibir la vida a paso a paso...primavera, adolescencia, amores no correspondios...
He vivido tu texto como algo pasado, pero lleno de adjetivos renovadores, para esta ya nuestra madurez. Y yo me entiendo, jejeje.

Petonets amiga mia, sabes que sigo añorandote.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Oye, te digo igual que a Juan Carlos, te comenté a ti y al ver el de él, pensé que ya le había comentado, claro, era el mismo. Muy buena idea eso de ejercitarse entre dos una historia, es un buen ejercicio.
Un beso

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Hoy voy de bólido, querida Natalia, solo para darte un abrazo enorme...!

(Estoy hasta arriba...)

Besos...!

Nieves Hidalgo dijo...

Natàlia, me lo paso pipa con tus entradas.
Loca estoy ya por la primaveera y el buen tiempo, comono me afecta lo de los granos...
¿Recuerdas cuando nos decían que salían si faltaba higiene? ¡Anda que....!

Besotes

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Natàlia,

Este relato me ha interesado y gustado especialmente: las tribulaciones de la adolescencia, y la dificultad de encontrarse a sí mismo, o a las demás, que viene a ser lo mismo. ¿Cuántos temores y miedos tiene que soportar un adolescente para parecer atractivo a los demás, a las demás, si hablamos con rigor?

Describes a la perfección esa angustia teen-age que, luego, resulta ser ineficaz, pues, cuanta más preocupación hay por aparentar lo que no se es, más difícil es la comunicación.

¿Te imaginas que ese niño del que hablo yo en mi blog haya tenido las mismas tribulaciones, y los mismos miedos, sin ser capaz de resolverlos adecuadamente.

Creo que en este texto nos dejas entrever lo mejor de ti misma.

Te envío un gran abrazo,

Antonio

V.Nas dijo...

¡Buenoooooooooo! ahora comienzo a comprender...

Tengo la sensación de estar mirándoos atraves de la ventana de un patio de luces en el que cada cual ocupa su propia ventana.

¡Ninooooosss maaaaloooossss!
Un besote.

Mariví

Myriam dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Myriam dijo...

Te dejo un beso y espero que puedas solucionar el desperfecto técnico. ¡Qué cagada y que rabia da cuando esas cosas pasan!

Myriam dijo...

Bueno veo que al menso, noso tros si podemos ponerte comentarios. Ya es algo. ¡Suerte!

Natàlia Tàrraco dijo...

BESOS A TODOS LOS AMIGOS Y AMIGAS PACIENTES, CÓMPLICES JOCOSOS DE ESTE INVENTO QUE BIEN PODRÍA SER A CIEN MANOS ¿por qué no?

JUAN CARLOS COMPI DEL ALMA a "quatremans", funcionó, nos divertimos, aprendimos, fuímos capaces de coordinar de aceptar propuestas y palabras, puntos o comas, capaces de reír y de escribir con 20 dedos y mucha ironía. !A repetir cuando quieras! correo por correo, como Penélope, tejiendo y destejiendo, sobretodo, disfrutando, experimentado.
Lo de menos es descubrir ¿quién escribió qué? Ni yo me acuerdo, imposible, jejeje.
BESAZO, Juan Carlos,nos vemooos.

casss dijo...

Genialidad de genios...un disfrute total. Un revivir historias adolescentes y sentir la primavera que llega alborotando todo, confundiendo quien escribe qué y quien es quien! Una la lectura placentera, disfrutada con un final, el del cuento, y otro más todavía: el de quien escribió el cuento!
Dan cuenta de una experiencia preciosa de comunicación y expresión.
LOS FELICITO A AMBOS!!! A CUATRO APLAUSOS MIOS.

Allek dijo...

hola como estas? después de algunos meses de ausencia he regresado con un Tornado..
te dejo un fuerte abrazo!

Juan Carlos Celorio dijo...

NATALI, COMPAÑERA DEL ALMA, no solo ha sido una experiencia preciosa, ha sido una demostración que se puede escribir a cuatro manos.
Imposible descifrar quien escribió que. Hasta mi mujer en un borrador me atribuyó una frase tuya, jeje.
Me encantó la experiencia, así que allá empezamos otra: Aquatremans vuelve.
Besos, amiga.

Juan Carlos Celorio dijo...

Ah, me quedo de por aquí con dos frases:
"Como cabras" (Verónica Marsá)
"¡Ninooooosss maaaaloooossss!" (Mariví)
Saludos cariñosos a todos.

Natàlia Tàrraco dijo...

Niño y niña malooooos, si, !como cabras!
Mariví y Vero, las muy tunantes.
Compi, yo me quedo con Alfredo:

"Insisto, excelente relato y no esa tontería simplona que ha escrito Juan Carlos" o al revés en tu blog, menudo es el levantino.

Me sumo a tu reparto de besos, y para tí, Juan Carlos, cien.