Este JUEVES un relato- Partes traseras

5 CULebrones breves

“El cachas”- En el círculo de los musculosos, sus cuartos traseros eran un espectáculo aplaudido por damas crepusculares y caballeros con monóculo, que pasaban del ridículo. Su fama cayó del pináculo al salirle un forúnculo en el trasero parecido a un tubérculo. Hoy se dedica vender fascículos.

“La pompis”- Jamás decía culo, ¡qué chabacano! Lo llamaba donde acaba la espalda, al ano, agujerito, a las nalgas los mofletes de abajo. A las bragas, lencería fina. A recular, marcha atrás. Se subía a un transporte, nunca a un vehículo. No defecaba, ella se aligeraba. “¿El excusado? ¿La toilette?” preguntó al camarero “¿Se refiere a la comuna, al cagadero?” respondía el fulano. A ella le sonó como un torpedo dirigido a su vesícula.

“El báculo inquisidor”- Corría el s. XV, Torquemada iba rezando versículos. Como un oráculo meticuloso e inmaculado, por todas las partes veía paganos mayúsculos.

“La posadera”- No ponía obstáculos a que le tocaran el trasero con manos como tentáculos. Estaba vinculada a un cirujano de los ventrículos, campechano, aficionado al piano, pero uno día lo encontró en el cubículo con la Canales y por marrano, le planchó los testículos con el tórculo de alisar ojetes, sábanas y manteles.

“La letrina”- Los senadores descansaban las nalgas en las asentaderas del receptáculo y hablaban de los vínculos que les unían. Las togas arremangadas sin escuchar las aguas del canal ni el lenguaje de sus bajos vientres. Pompistónio citó los “Anales” de Tácito, Pediculonio las últimas “Bacanales” Quinto llegó saludando mano en alto, los otros comentaron: “! Qué bello culo!”

Tratamos mal a nuestros cuartos traseros, avergonzándonos de sus gestos, voces y oficios. Injusto proceder, responden a los apremios anatómicos, evacúan lo que nos sobra. Aceptemos que sus blanduras, almohadas natas, nos evitan ángulos y asperezas. Admitamos que son bellos, sí, hermosos los mellizos bultos. ¿Por qué besamos los de bebés y nos parecen monos? No seamos mezquinos: los adoramos, los pellizcamos y palmeamos en amorosa reserva, hagámoslo públicamente, es lo decente.

Desde remotos tiempos los artistas plasman los culos según gustos y modas. Las nalgas han sido tema sublime hasta que la maldición tapó los traseros, cuando los tiempos oscuros de las vergüenzas. Quiero resarcir ese entuerto mostrando una pequeña muestra de gloriosos traseros: Los clásicos insuperables, hedonistas, o los artistas del Renacimiento, del Barroco del Rococó, Realistas, Surrealistas, Cubistas...empeñados en alabar esas vitales partes. ¡Ave culo! ¡Salve nalgas!

Más traseras partes en el apartado de GUS:  http://callejamoran.blogspot.com/