16 de enero de 2013

El jueves relato: EL ÁRBOL DEL AHORCADO

No me extraña que se quejen las más jóvenes,
ni que las viejas se estremezcan antes de que la brisa se las lleve.

No me extraña que mi sangre sepa a fluidos y lágrimas, que mis pies extendidos y torturados quieran descalzarse.

No me extraña que los brazos ansíen elevarse por encima de mi cabeza,
como los de una bailarina en el lago de los cisnes.

No me extraña que mi cuerpo esté arrugado, arcilla que unos dedos hieren fácilmente, canales, avenidas, muñones, bultos, grietas, tumores.

Sueño viajar arrancándome de mi mismo. También sueño ser columpio.

Nací maldito sin saberlo, lo supe cuando el primero me otorgó el nombre.
No tengo en la piel corazones tatuados ni  iniciales de amantes,
mi nombre consta en una placa que expone: "árbol del ahorcado"

 No me extraña que pueda hablar y quejarme.
Lo cierto...es que no puedo.
Habla por mí, el que hasta el último momento, por capricho absurdo y patético,
se empeña en escribir letras con la soga en el cuello.

Y encima me tutea: “¡Roble del ahorcado! concédeme la rama más fuerte, la
más alta, soporta mi peso y no te lamentes, será rápido.” 
Dibujo; Ona Peña
Árboles y ahorcados donde el amigo: LUIS
 
    

54 comentarios:

Lucía m.escribanoblogsport.com dijo...

Amiga, esa mano grande,detrás de la niña que se columpia sin sospechar nada, me está dando escalofrios.Y el árbol parlante ufff.¡ Prefiero no opinar !
Temo qué este jueves me va a resultar dificil de digerir jajajjaaj. (Mis risas son nerviosas)
Besos Natalia

emejota dijo...

¿Ficción? pero con un trasiego de libertad aterradora. Bss.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Interesante punto de vista: el del arbol, que desea ser otra cosa.

Tracy dijo...

Bello hasta en sus imágenes. Como siempre, no sé por qué me sorprendo.

Valaf dijo...

A mi, el relato y la niña columpiándose me sugiere una rápida y agradable transmigración (metempsicosis) hacia una vida nueva y llena de oportunidades. La tensión entre los pares de opuestos: muerte y desgracia versus vida y esperanza.

Un beso

balamgo dijo...

Excelente relato.
Me gusta mucho la ilustración hecha por Ona.
Un abrazo.

censurasigloXXI dijo...

Pues entre el pobre árbol y su triste y macabro apodo, le siguen los cipreses que tampoco tenían culpa de nada...

Un beso, un café y un feliz día, templà!!!!

Cecy dijo...

Esa niña puede conceder otro movimiento distinto, al esperado por mas macabro que sea.
No hay caso, cuando se quiere ser de alguna manera, alguna rama se apunta en dirección contraria.

Besitos Nati!

Cecy dijo...

¡Que lindas son tus portadas!

:)

Cristina Piñar dijo...

Me gusta el enfoque que le has dado al tema, en realidad el título de la convocatira era "El árbol del ahorcado". No me extraña que el pobre árbol hubiera preferido otro destino, porque vaya tela todo lo que habrá tenido que ver... Y la niña ahí columpiándose como si nada, si ella supiera... Un beso.

Myriam dijo...

Un relato tierno y vibrante.

Quien sabe cuantos árboles existen que querrían ser otra cosa...y cuantos, felices de ser árboles.

La imagen es muy bella

mariajesusparadela dijo...

Creo que todo árbol ansía ser rama de columpio o de nido.

Matices dijo...

Más idílicas otras imágenes ansiadas por este árbol que se queja de su macabra vida... si los árboles hablaran...
Un punto de vista que me deja sorprendida...
Me gusta tu nueva imagen y la ilustración :)
Besos

GUSTAVO dijo...

será cabrona la natalí¡¡¡¡
he leído, natalí, como unos 8 textos. todos están hechos, el mío también, de ahorcados...no te jode¡¡ pero claro, va la natalí y salta por encima del ahorcado y se fija en el infeliz árbol del ahorcado...y es por esa saber visionar desde otro punto de vista por lo que tu texto me sorprendo y me gusta...
medio beso, guapetona.

Leonor dijo...

Me gusta la postura que toma tu árbol frente al destino que le ha tocado vivir, no se siente orgulloso y quisiera tener otro cometido.

Sueño viajar arrancándome de mi mismo.
(cuántas veces habré pensado esto mismo).

Un beso.

Maria Liberona dijo...

Uuuufff !!!
me ha sorprendido realmente un excelente relato FELICITACIONES

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Maldito tema, el árbol del ahorcado. Sólo se puede beromear con la muerte cuando no se la ha visto de cerca, y sólo se puede mencionar al suicida cuando no se ha presenciado lo que fue el último respiro de alguien que decidió "irse".

Lúgubre tema, amiga mía Natàlia, el que tratas en unas líneas profundas. Escabroso tema, allí donde los haya.

Muy logrado, Querida.

Te envío un abrazo.

Antonio

rodolfo dijo...

lamento del emisario, estigma del que se ve involucrado. Me ha gustado la entrada

Toni dijo...

Me parece tu relato el justo grito de todos los seres indefensos del mundo. Hoy me has dejado sin respiración.
Un beso!

Manuel dijo...

los dos extremos, tanto sirve para dejar constancia del amor perpetuo como de la ultima condena. Nunca ha sido bueno ser estigmatizado, ¿verdad?
Un beso

Juan Carlos Celorio dijo...

¡Qué genial! Escuchamos al árbol no al ahorcado y ese árbol querría haber sido columpio, no un kat stromu.
Y felicita a Ona por su ilustración me ha encantado.
Muchos besos.

Gaby* dijo...

Buenísimo relato, desde la perspectiva del árbol, un árbol que adquiere voz y avisa, presiente que algo más que pájaros reposará de sus ramas.
El ruego de quien se va a ahorcar... me ha erizado la piel... sin dudas su decisión no admitía ningún contratiempo.Qué bien escribes Natalia!
Besos!
Gaby*

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Meor de columpio que para ahorcar a alguien, porque menos mal que no piensa; porqué menudo futuro.
Buen relato amiga
Un petó

Spaghetti dijo...

Tenemos la suerte en estos tiempos, que el árbol del ahorcado ha dejado de ser tan familiar como en "La balada de los ahorcados de François Villon" en el siglo XV o en el XIX con "le bal de Pendues" de Rimbaud curiosamente el poeta maldito.
Pero tu poema se refiere al árbol del último recurso que nos cuenta lo que vió.
Mu bien Natalia
bssoss

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Si los árboles hablasen y lograran expresar sus deseos y dolores, seguro las quejas mayores vendrán de los árboles tan fatídicamente recordados.
Un abrazo!
=)

Sindel Avefénix dijo...

Qué tremenda imaginación Natalia!!! Darle a este tema el enfoque que elegiste no es fácil y lo hiciste de maravillas, como siempre.
Un beso enorme.

Mar dijo...

Si los árboles hablaran, no permitirían que nadie pusiera fin a su vida en ellos. La naturaleza los puso ahí para otro fin muy diferente del que los desdichados que acaban colgados en ellos.

Muy, muy original tu visión.

Bss.

Unknown dijo...

Hola Natàlia,
Uy, veo que queda poco por decir después de tanto piropo expresivo, merecido y ganado a pulso, por lo demás.
Sí, la voz del árbol con sus lamentos e inlcuso con su sueño de servir para ser columpio... es una muy feliz idea que sorprende y admira. Y hay que añadir que es cosa de una maestra y una artista de la pluma.
¡Felicidades!
Un muac para todas tus ramas
Sani

Unknown dijo...

He llegado hasta aquí columpiandome entre las ramas de este árbol parlante que lo hace a través de su ultima victima. sin duda un relato imaginativo, duro pero con un canto final de libertad.
Saludos desde Tenerife-Canarias y te dejo enlace de mi espacio para que te columpies en él cuando gustes.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/

Karu dijo...

En estos tiempos, ya nada nos extraña.... llegue por el titulo de tu blog, "imaginar" que linda palabra, y que lindo blog.
Saludos desde Argentina

Anónimo dijo...

El árbol siempre ha sido símbolo de vida, de fertilidad, de fortaleza, de protección. No me extraña el lamento de ese árbol viendose condenado a soportar y facilitar la muerte, totalmente contraria a su naturaleza.
Imaginativo enfoque para este jueves, Natalia.
Un fuerte abrazo.

Beatriz dijo...

Hermosas palabras. un texto muy bien escrito. Una idea excelentemente desarrollada. Estremecedor el lamento del árbol, que se rebela ante el horror de un final.
Bellísima la imagen del sueño con el columpio-
Un deleie para las emociones el leerte-
abarzos

Rossina dijo...

Amé su última imagen.
Ese final tan controvertido, tan cuestionable, cuando en verdad no sabemos si quizás antes de llegar desde algún antes sabíamos de antemano ese después.

San dijo...

Pobre árbol! cruel destino el que le dieron, con lo bello que es verlo cuajado de verdes hojas, con los pajaros anidando...colgando de sus ramas un columpio como ese bonito dibujo que Ona nos regala y no seco y triste, !como somos!
Bello texto Nátali, me gusto mucho.
Un abrazo.

tereoteo dijo...

Llego con casi todo dicho, diosa andorrana, y si a eso le añades que me has dejado sin palabras con tu relato...
Superoriginal punto de vista, una perspectiva diferente y muy interesante de intentar entender.
Pobre árbol, qué culpa tendrá!
Mucho mejor servir de columpio a los niños...
Muchos besos!

Alfredo dijo...

Para algunas de las cosas que pasan en este país imposible no vendría mal, como decimos por Asturias, una soga y un carbayu (roble).

Un abrazo!!

Judith dijo...

Hola !!
Realmente muy bonito, tiene un toque muy poético, triste pero muy real, me gusto.
Besos

Unknown dijo...

La imagen y las palabras elegidas hacen que tu relato de este jueves sea realmente muy bueno.

Un beso!

Alfredo Cot dijo...

Rica y patética reflexión que hace el roble de si mismo y de toda su existencia.
Existencia, que por otra parte es la suma de las existencias de los demás.
Como esperamos siempre: fluido, fotográfico, (incluso en esta ocasión en color) original y tan íntimo que se me han desprendido cuatro cortezas.

Besos

Unknown dijo...

Qué cadencia poética, qué dulzura la de la pena, la de la angustia por ser lo que se es y no poder ser otra cosa.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

¿aparte de que ben escribes?...¡que bien escribes!

Mis cordiales saludos

Encarni dijo...

Triste monólogo de este árbol que aspira a tener otros escenarios, otros papeles en el reparto de la vida y de la muerte.
Un buen monólogo.

Un abrazo

Luis dijo...

Más que temerle al árbol, este reconoce su condición de maldito, sueña con servir de otra forma, ser útil sin causar tan fatal decisiones. Su sombra de seguro, nos hará pensar tristezas aunque él no lo quiera. Me encantó varias partes pero me enamoré de esta: "No tengo en la piel corazones tatuados ni iniciales de amantes"
Muchos besos

Maria dijo...

No escogemos el destino, árbol,nadie lo hace. El destino nos escoge a nosotros.
Original y muy bien contado.
Petons Natàlia.

Anónimo dijo...
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I. Robledo dijo...

Si, ya se que es mas "gotico" lo del ahorcado, pero yo prefiero los columpios...

Sin duda alguna...

Un abrazo fuerte, amiga

casss dijo...

El relato y la imagen son de aplaudir.
Palabra a palabra se desgajan confesiones que conmueven y emocionan.
La imagen de Ona, es fantástica, siempre tiene mi admiración.

un fuerte abrazo

IRLANDA dijo...

Hola amiga mía,como siempre, bello relato,pones en tus letras el pensamiento del roble, y le tutean...si,...lo hacen, por que es el último lazo, el adiós a lo vivido...por que es la valentía del cobarde, o , la cobardía del valiente...si de verdad hablara el árbol...
Petonets

rosa_desastre dijo...

La poesia columpiandose en la dureza del texto, enmendar la plana al destino, rebelarse... "yo quiero ser columpio" donde hacer tirabuzones al aire y no nudos para pararlo.
Un abrazo

Atalanta dijo...

Pobre roble, al que solo se le puede acusar de dar poca sombra, miedo damos los humanos, que a un tocayo tuyo, lo dejaron mas muerto que vivo Gernika.

Genial motera

Besos arbóreos

Mar Cano Montil dijo...

Y es que soportar una carga así... para un árbol... debe ser muy duro.

¡No echa uno raíces para soportar la muerte humana, cruel, infringida, balanceándose, descarada, a lo largo de su savia!

Me ha gustado tu empatía con el árbol :)
Muy bueno.

Besotes, galleguiña adoptiva, reina andorrana ;))

Ío dijo...

Me da pena el árbol, ninguno debiera soportar tal peso, ni ese nombre.
Buen relato, Natàlia, y buen lunes para ti, y martes y ... semana completa.
Abrazos.

Ío

miralunas dijo...

me ha gustado mucho el texto y me ha encantado la imágen.

mucha riqueza sensible.
abrazo

miralunas dijo...

me ha gustado mucho el texto y me ha encantado la imágen.

mucha riqueza sensible.
abrazo